Sobre la objeción preliminar a la jurisdicción
de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) respecto de la presentación
efectuada por Bolivia en torno al requerimiento de diálogo con Chile para
buscar solución al enclaustramiento marítimo de este país, el Comité Oscar
Romero-SICSAL-Chile quiere contribuir a la reflexión y a la paz de las
naciones, haciendo presente lo siguiente:
I El actual conflicto por la salida soberana
al mar de parte de Bolivia tiene su origen en el siglo XIX, producto de múltiples situaciones entre
sectores poderosos que desembocaron en la Guerra del Pacífico, enfrentándose
Chile con Perú y Bolivia en medio de un patriotismo irracional.
La élite chilena de entonces había acomodado
sus intereses extendiendo sus capitales y trabajadores hacia la costa salitrera
peruana y boliviana. Dicha expansión
constituyó uno de los factores que condujo a la guerra. La victoria chilena en aquel conflicto bélico
incidió en el crecimiento económico y el lujo ostentoso de la oligarquía, lo
que permitió evitar los efectos de la recesión internacional de 1873, al
convertirse Chile en el único productor mundial de salitre.
Sin embargo, ello no significó un cambio en
las deplorables condiciones de vida de los sectores populares de aquel tiempo
ni de los posteriores.
II El actual gobierno de Chile ha objetado la
jurisdicción de la Corte de La Haya bajo el argumento de que la demanda
boliviana buscaría afectar lo ya resuelto por el Tratado de 1904, que estableció
los límites de ambos países. En
consecuencia, la presente demanda boliviana estaría excluida de la competencia
de la Corte, porque el artículo VI del
Pacto de Bogotá excluiría expresamente demandas de tales objetivos.
III Se encuentra internalizado en la cultura
chilena que, en relación a la salida al mar de Bolivia “no hay nada que
discutir”, en base a la supuesta legitimidad del “derecho de conquista”
patrimonio irrenunciable y herencia de sangre derramada. En aquellas circunstancias, Bolivia perdió
120.000 Km2 de territorio terrestre y 400 Km . de costa marítima soberana sobre el
Océano Pacífico.
IV Bolivia pide que la Corte declare que Chile
tiene la obligación de negociar de buena fe un acuerdo pronto y efectivo que le
dé una salida soberana al Océano Pacífico, lo cual no se basa en el Tratado de
1904. Por su parte, la Convención de la
ONU sobre el Derecho del Mar de 1982 establece que el mar es un bien común de
toda la humanidad y que ningún país puede ser privado del libre acceso a este
bien común y que no es susceptible su apropiación particular por ningún
Estado. Chile adhirió a esta convención
multilateral el 25 de agosto de 1997 y Bolivia el 28 de abril de 1995, siéndole
obligatoria a ambos países.
V Como constructores de la paz, que es fruto
de la justicia, e interpelados por las Bienaventuranzas del Jesús, los
integrantes del Comité Oscar Romero-SICSAL-Chile consideramos:
1º la demanda boliviana por una salida
soberana al mar es éticamente válida y el Estado de Chile debe acceder al diálogo
para darle solución. Es absurdo y pueril
negarse a la existencia de un conflicto con Bolivia.
2º Tanto la dictadura militar chilena como los
gobiernos que le han sucedido, han mostrado una actitud de soberbia y de
torpeza frente a los países de América Latina.
Ello es contradictorio con la política económica de apertura a los
mercados y las facilidades otorgadas a las empresas multinacionales.
3º Anteriormente, Chile accedió a un litigio
con Perú en La Haya. Es fácil suponer
que dicha disposición pudiera haberse debido
a las inversiones de capitales de empresarios chilenos en este país. Es dable pensar que con Bolivia se exhibe una
actitud distinta por la inexistencia de grupos económicos chilenos en el país
altiplánico.
4º Como Pueblo de Dios, constituye nuestro
deber pensar en América Latina en forma global y negar la ingerencia de grandes potencias que atizan enemistades
entre las naciones pobres con perspectivas belicistas y de explotación
económica.
5º Las decisiones que afectan a los pueblos
deben ser consultadas a los mismos. No
es legítimo que en asuntos trascendentales sean sólo gobernantes y los grupos
económicos quienes tengan capacidad de decisión. Es vital la consulta a los pueblos para que las
decisiones sean efectivas y duraderas, de tal manera que no se modifiquen por
las correlaciones de fuerzas temporales.
6º Si Chile habla del respeto e intangibilidad
de los tratados, significa que no puede salirse del Pacto de Bogotá para no
abordar la solución definitiva de los efectos de la Guerra del Pacífico. De ser así, Chile no podría continuar como
miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU:
7º Instamos a todas las Iglesias y a los
hombres de buena voluntad a crear condiciones de posibilidad para la solución
del conflicto. El silencio es una forma de
profundización del problema.
Si Chile se niega al diálogo por una salida al
mar de Bolivia: ¿acudirá, entonces, a una acción bélica, aumentando los
presupuestos militares en mayor detrimento del pueblo? ¿Continuará Chile importando carbón y gas
desde otros continentes, en circunstancias que puede traerlo desde
Bolivia? ¿Por qué no se puede convertir
a Arica en territorio internacional, lo que además contribuiría a superar su
decadencia? No se puede olvidar que el
70% de la carga del puerto de Arica es boliviana y en Iquique es del 49%.
VI Es también válido preguntarse por la
negativa la diálogo con Bolivia por un tramo de territorio soberano, no
obstante Chile ha entregado a empresas particulares la explotación de los recursos
marítimos, dejando a los pescadores artesanales en “proceso de extinción”, así
como también se han privatizado 57
puertos a lo largo de los cuatro mil Km. de costa.
Instamos a la reflexión, pues estamos
convencidos que es Dios quien “gobernará las naciones, y dictará sus leyes a
pueblos numerosos; que trocarán sus espadas en arados y sus lanzas en
hoces. No alzará ya la espada pueblo
contra pueblo, y no más se entrenarán para la guerra”. (Isaías 2, 4).
COMITE OSCAR ROMERO-SICSAL-CHILE.
Santiago de Chile, 18 de julio de 2014.
Nessun commento:
Posta un commento