mercoledì 23 gennaio 2013

CENTENAR DE HISTORIADORES FIJA POSICIÓN SOBRE “LA CUESTIÓN NACIONAL MAPUCHE”


Académicos especialistas de universidades de todo el país, tanto públicas como privadas, entregaron una carta en La Moneda. Entran de lleno a la crisis agudizada por el atentado mortal a los Luchsinger y a la suma urgencia al proyecto que reconoce constitucionalmente a los pueblos originarios. Preocupados por los "hechos de violencia ocurridos en la Araucanía" y para llamar la atención de todos los poderes del Estado y la ciudadanía, establecen algunos “hechos históricos indesmentibles como son los del violento despojo y violación de derechos del que ha sido víctima el pueblo mapuche”, elementos que estiman indispensables para un diálogo democrático, igualitario, destinado a solucionar lo que denominan un “drama histórico”.



Martes 22 de enero de 2013| por Nancy Arancibia
La misiva, que suscribe más de un centenar de historiadores de casas de estudio de todas las regiones del país, manifiesta su preocupación por los "hechos de violencia ocurridos en La Araucanía", los que desembocaron en "la muerte del matrimonio Luchsinger-Mackay y una serie de allanamientos en comunidades mapuches", señalando lo que estiman puntos objetivos sobre un problema que no comenzó hoy, ni con este Gobierno.

"La violencia actual es el resultado de más de 130 años de injusticias, despojos y negación de derechos", sostiene el documento firmado por destacados historiadores como Jorge Pinto Rodríguez, académico de la Universidad de La Frontera (UFRO) y Premio Nacional de Historia 2012, en la que intentan llamar la atención a las autoridades del país, sobre lo que estiman como hechos históricos indiscutibles que deben ser considerados.
Sergio Grez Toso, académico de la Universidad de Chile, es uno de los gestores de esta iniciativa, y explica que con la carta quieren relevar "la tremenda injusticia histórica que ha cometido la República de Chile contra el pueblo Mapuche", la que implica la reparación de los derechos conculcados.

Aclara que esto "no sólo implica la devolución de las tierras usurpadas por parte del Estado y vendidas a bajísimo precio o regaladas a latifundistas nacionales y extranjeros, sino la restitución de derechos esenciales" y menciona la necedidad de la autodeterminación de los pueblos, donde la República de Chile debe hacer el reconocimiento constitucional de los pueblos originarios y del pueblo Mapuche en particular.

RECONOCIMIENTO CONSTITUCIONAL Y SUMA URGENCIA 

El historiador valora positivamente el anuncio del Presidente Piñera sobre poner suma urgencia al proyecto que reconoce constitucionalmente a los pueblos originarios:  "El anuncio en general nos parece positivo, sin embargo hay que ver el contenido completo de este reconocimiento. Es justo, es correcto y el pueblo mapuche reclama el reconocimiento constitucional de su pueblo y los demás originarios".
Sin embargo, enfatiza en la necesidad de ver con detalle el contenido del mismo, porque si se reconoce que es una nación distinta, un pueblo y una cultura distinta, que viven dentro de la frontera, eso debe ir acompañado de otros derechos, como son la autonomía política, la posibilidad de representación  particular, especial en las instituciones representativas del Estado, además de medidas prácticas para que esta cultura sea valorada, explica.
Desde el prisma del historiador, cualquier reconocimiento, debe considerar la declaración de que Chile es un Estado plurinacional y "terminar con la ficción de que esta es una nación única e indivisible en que se sostiene que acá sólo hay chilenos. Somos un Estado plurinacional, pluriétnico, pluricultural, lo que debe llevar no sólo a la restitución  de tierras, sino también el derecho a autodeterminación dentro de los marcos del Estado nación, denominado República de Chile.

ALGUNO HECHOS HISTÓRICOS CONSIGNADOS EN LA CARTA

- La violencia en esa región corresponde a una parte del Wallmapu, es decir, el territorio ancestral del pueblo mapuche, donde se inicia la mal llamada "pacificación de la Araucanía" realizada por el Estado chileno (1860 y 1880).
- Fue mediante una prolongada campaña militar el Estado de Chile ocupó a sangre y fuego la Araucanía, "usurpó grandes extensiones de tierra indígena que subastó a bajo precio o regaló a colonos chilenos y extranjeros, confinando a los mapuches en pequeñas y míseras reducciones".
- En este sentido, sostiene la declaración "la violencia actual, es el fruto de la expropiación e intento de sometimiento de los mapuches por parte del Estado chileno y de los latifundistas nacionales y extranjeros que se beneficiaron del despojo de ese pueblo originario", pero también responsabiliza a la ceguera política de las autoridades del Estado que no han querido oír estas reivindicaciones.
- Los académicos de las principales universidades del país, lamentan "la muerte de esta pareja de empresarios agrícolas, del mismo modo como lamentamos toda pérdida humana", sin embargo, rechazan  la criminalización de todo un pueblo por un hecho cuyos autores aún no se conocen.
- Condenan  la "represión como vía de tratamiento del conflicto no es otra cosa que la actualización de la violencia histórica cuyo origen se encuentra en la imposición del Estado colonial chileno en nuestro territorio mapuche".
- Los más de 100 firmantes apoyan las demandas del pueblo mapuche "porque se sostienen en el legítimo derecho de reclamar del Estado la devolución de las tierras que le fueron expropiadas"
- Por último, se declaran convencidos de que la instauración de un diálogo democrático e igualitario entre todas las partes involucradas en el conflicto, sólo puede ser abordado desde el reconocimiento de hechos históricos indesmentibles como son los del violento despojo y violación de derechos del que ha sido víctima el pueblo mapuche desde hace mucho tiempo.

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